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La muerte de Jorge Mario Bergoglio, el 266.º papa de la Iglesia católica, que rigió del 2013 al 2025 con el nombre de Francisco I, dejó un hueco en la sociedad que externó desde diferentes frentes su pésame.

Fue el caso del Instituto Tecnológico de Estudios de Occidente (ITESO), que como universidad jesuita de inspiración cristiana, agradeció por su vida y lamentó su muerte.

«A lo largo de los 12 años de su Pontificado, el pensamiento y las acciones de Francisco han constituido una clara guía moral para las personas y las instituciones que trabajamos en favor del bien común y la justicia, y su recuerdo seguirá vivo en los numerosos frutos de su labor pastoral», expresó la universidad en un artículo publicado en su blog.

El texto destaca que Francisco I fue el primer Papa perteneciente a la Compañía de Jesús, y el primero proveniente de América Latina, así mismo, habla de su amor a los más pobres y a los sectores más marginados de la sociedad.

«…vió que en las y los jóvenes están las mejores esperanzas de la humanidad, por lo que se preocupó siempre de estar a su lado, alentarlos y defenderlos», comenta el texto.

El ITESO recuerda las palabras que Bergoglio dirigió a la juventud en su visita a México en 2016 en el que condenó el uso de los jóvenes por parte del crimen organizado: “No se dejen deshumanizar”, dijo en esa ocasión; “es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”.

Asi mismo, considera entre las motivaciones principales que condujeron el liderazgo espiritual y político de Francisco destaca la búsqueda de paz, por ejemplo al exigir la terminación de la guerra en Ucrania y la Franja de Gaza; asimismo, fue partidario de la inclusión y la reconciliación, impulsando la apertura de Iglesia a las mujeres y también a las personas pertenecientes a la comunidad de la diversidad sexual; tendió puentes con otras religiones, en particular con el Islam, y promovió la justicia constantemente, combatiendo la indiferencia, instando a la búsqueda del bien común y destacando el valor de la fraternidad universal por encima de cualesquiera diferencias entre los seres humanos (encíclica Fratelli tutti, de 2020).

«El Papa tuvo un especial interés en el cuidado del medioambiente ante las amenazas del cambio climático, y su encíclica Laudato si’, de 2015, advierte sobre la urgencia de encaminarnos hacia un nuevo paradigma a fin de dejar atrás las ansias de explotación que tanto daño han hecho a la que llamó nuestra “casa común”», añade el artículo disponible en el sitio de la universidad.


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