
Solo quien no haya disfrutado de una película del Cine de Oro del Cine Mexicano, sobre todo de la comedia ranchera, no ha soñado con vivir una aventura en una típica hacienda mexicana, montar un caballo o andar en carreta al ritmo de la música mexicana.
Pues justamente el estado cuna del mariachi tenía que ser el que hiciera realidad este sueño mexicano.
Visitar las haciendas permiten además echar un vistazo a las tradiciones de la zona, comida mexicana, la experiencia de convivir con hacendados, y reconocidos Charros, conocer sus costumbres, hospedándose en cada una de las haciendas, cabalgando por cañones, ríos y potreros.
En esta ocasión te presentamos tres haciendas jalicienses que guardan en sus muros parte de la historia y la tradición del México de las películas.
A continuación, te las compartimos:
Hacienda Sepulveda

Enclavada en el corazón de México desde 1684, la Hacienda Sepúlveda es un lujoso Hotel & Spa que ofrece lo mejor de un casco de hacienda histórico, para vivir la máxima experiencia de confort en cada una de sus mágicas habitaciones.
Además, cuanta con un auténtico restaurante, un reconocido spa, generosos jardines, caballos y hermosos pavorreales en un mágico entorno.
Hacienda La Labor

La hacienda ha sido acondicionada como un hotel boutique que es un auténtico tesoro del siglo 17 pero ofreciendo el confort y las comodidades del siglo 21.
Cuenta con salones para reuniones de negocios, amplios jardines, lago privado, Lienzo Charro que puede ser escenario de espectáculos de charrería, folklore mexicano, escaramuzas o celebraciones especiales, consagradas.
Además, tiene una capilla del “Señor de la Ascensión”, paisaje agavero, bosque de 7 hectáreas con humedad y nacientes de agua, área ecuestre, cabaña spa, restaurante y vestigios de una antigua fábrica de Tequila declarada como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
Hacienda Santa Lucía

La Hacienda Santa Lucía , según datos históricos fue fundada en el año 1630, en el antiguo poblado que hoy lleva su nombre, Santa Lucía y cuyos primeros indicios datan del año 1545 en que fue conocido como Nochistanejo.
Fue una de las Haciendas más grandes de Jalisco, con una extensión de 24 mil hectáreas, grande fue su florecimiento, producía maíz, trigo, cebada, maguey, además contaba con minas de ópalo, caulín, carbón, etc.
Existió también una fábrica de mezcal en un fastuoso edificio “La Taberna” que aún puede apreciarse en la finca.